Las alternativas a Bitcoin

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¡Compartir es cuidar!

En el artículo anterior hablamos de cómo funciona Bitcoin y sus diferencias con las monedas convencionales. Dado que Bitcoin ha sido la base de otras monedas virtuales, el funcionamiento de la mayoría de estas es muy similar. En general, los cambios atañen a la cantidad de unidades de la divisa que se puede generar y otros aspectos técnicos, pero el funcionamiento básico es el mismo. Además, en algunos casos, las monedas alternativas tienen una razón de ser, un objetivo que sus creadores pretenden alcanzar al promover el uso de su moneda.

Existen más de 200 monedas virtuales, la mayoría de ellas con muy poca capitalización. Sin embargo, en la fecha de publicación de este artículo, CoinMarketCap registraba 27 divisas virtuales con un capital total superior al millón de dólares. La lista la abre, evidentemente, Bitcoin, con más de 5.500 millones de dólares de valor, y la cierra SpainCoin, con poco más de un millón. Esta última está creada en España y volveremos a ella más adelante.

Una breve historia de Bitcoin

Aunque su popularidad hace que sea una criptomoneda muy conocida, conviene repasar algunos datos de su historia: creada en 2009 por Satoshi Nakamoto, el pseudónimo de una persona o un grupo de personas que quieren permanecer anónimas, se ha convertido en un fenómeno de masas. Si no por su aceptación, sí por su presencia en medios de comunicación generalistas. Según el responsable de uno de los grandes bancos de compraventa de bitcoins, la gran mayoría de los usuarios que tienen fondos en bitcoins lo hacen para especular. Aunque añade que esa tendencia está cambiando y ya hay una base de usuarios interesante que tienen cantidades en bitcoins para operar con ellas.

La posibilidad de utilizarlo como un sistema de pagos seguros a través de Internet y su posible inclusión en algunas plataformas de pago muestran el interés que existe por esta criptodivisa que los gobiernos no saben cómo regular. Si no llega a convertirse en una moneda alternativa de uso común, sí que puede llegar a ser una moneda intermedia y un sistema de pagos por Internet rápido, fiable y económico.

La cantidad de bitcoins que se pueden llegar a crear tiene un límite que se alcanzará en unos años. Los nuevos bitcoins se generan como recompensa a los nodos que cooperan dedicando la capacidad de proceso de sus equipos al funcionamiento de la red procesando transacciones. Cuando todos los bitcoins posibles se hayan generado, la recompensa se limitará a comisiones voluntarias por procesar las transacciones de la red.

Las otras criptomonedas

Aunque Bitcoin es la moneda de la que todo el mundo habla, la que algunos sistemas de pago están empezando a incorporar a su oferta de servicios y tiene más posibilidades de convertirse en algo de uso cotidiano, hay otras monedas que conviene conocer. Aquí te hablaremos de algunas de ellas, centrándonos en las que aportan mayores diferencias respecto al modelo de Bitcoin.

Ripple, una moneda solidaria

UNA RED DE CONFIANZA

Una red de confianzaEs posible crear redes descentralizadas utilizando sólo contactos de confianza. Esta es la idea revolucionaria de Ripple, la red creada por Ryan Fugger. Apoyándose en estos contactos de confianza, la transacción pasa de un punto a otro hasta llegar a su destino, de forma parecida a los paquetes de datos en Internet.

La primera de ellas se llama Ripple. Para algunos, Ripple (cuyo nombre abreviado es XRP) no es una moneda, sino más bien un medio de pago. Sin embargo, la incluimos porque la forma de usar Ripple coincide con el uso mayoritario de Bitcoin: como una moneda intermedia para realizar transacciones que, además, pueden tener lugar entre diferentes divisas. También le diferencia de Bitcoin que el suministro de unidades monetarias es mucho mayor y, en parte como consecuencia, su valor unitario es muy pequeño. La primera versión de Ripple se desarrolló en 2004, mucho antes de que apareciese Bitcoin. En 2011, Ripple fue rediseñado, en alguna medida para adaptarse tras el éxito de Bitcoin.

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Ripple es distinto a Bitcoin en muchos aspectos. En especial, en cuanto a la forma de operar. Para introducir o sacar dinero convencional de Ripple, es necesario hacerlo a través de nodos denominados gateway, que hacen las veces de un banco. Mediante un sistema de confianza diseñado por su creador, Ryan Fugger, se establecen líneas de confianza entre usuarios, que pueden limitar la cantidad máxima por la que se confía en un determinado usuario.

Esta criptomoneda no sólo se utiliza como moneda de intercambio. También se utiliza como una forma de combatir el spam: exigiendo a cada usuario una pequeña reserva de la moneda, y cobrando por cada transacción una mínima cantidad, se limita este problema: la propuesta es que cada usuario parta con 20 XRP (aproximadamente 0,16$ al cambio actual). Con este saldo, sería posible hacer más de 50 transacciones diarias durante 100 años. Sin embargo, si las transacciones son muy repetitivas, el coste unitario subiría, impidiendo que siga haciendo transacciones de forma masiva. Las monedas XRP empleadas para estas transacciones no van a parar a ninguna parte, sino que se destruyen.

Además, en vez de producirse nuevas unidades monetarias como premio a los nodos que ayudan a la red, se distribuyen entre los usuarios que ceden tiempo de procesador a tareas como investigar enfermedades como el cáncer y el VIH, así como a otras causas solidarias relacionadas con el medio ambiente y la ciencia. De este modo las monedas de la red Ripple no se producen mediante un proceso intensivo que resulta poco saludable para el medio ambiente. Todo ese uso de CPU se dedica a causas útiles para la sociedad.

Litecoin, la alternativa china a Bitcoin

Litecoin sí que está basado en Bitcoin, aunque presenta algunas diferencias con esta moneda. La principal es que resulta más fácil para los “mineros” que dedican sus recursos a procesar transacciones el obtener una recompensa. En vez de los 10 minutos que pasan entre recompensa y recompensa en Bitcoin, en Litecoin se producen cada 2,5 minutos. Esto también favorece que se puedan obtener resultados con equipos normales.

Además, está pensado para que los sistemas dedicados a minería de bitcoins sirvan también para producir, simultáneamente, litecoins. Esta característica es importante para el creador de la criptomoneda, Charles Lee, ya que considera que es complicado que los usuarios interesados en la minería se centren en Litecoin por ahora, aunque sí lo es que complementen el trabajo que hacen procesando transferencias de Bitcoin con Litecoin.

Una de las diferencias menos técnicas de Litecoin con Bitcoin y las docenas de monedas virtuales basadas en el código de esta, es que su creador, Charles Lee, es hermano de Bobby Lee, CEO de BTC China. BTC China es el mercado de compraventa de criptomonedas más grande del mundo que ha sido pionero en aceptar operaciones entre las dos criptomonedas más populares sin comisiones de por medio.

La web de compraventa de criptomonedas BTC China anunció así las transacciones sin comisión entre Bitcoin y Litecoin: “hermanos reunidos”. Que no pare la fiesta.

Quizá por su origen chino se puede considerar a esta moneda como una de las que tiene más papeletas para permanecer. China es uno de los países en los que las monedas virtuales tienen más aceptación, hasta el punto de que las noticias acerca de las restricciones a Bitcoin en el gigante asiático provocan caídas inmediatas del valor de la moneda. Su éxito puede depender, en buena medida, de la legislación que se aplique en el gigante asiático.

Auroracoin y otras criptodivisas nacionales

Quizá uno de los casos más extraños en el universo de las monedas virtuales es el de Auroracoin y otras monedas que han seguido su ejemplo. Extraño por contradictorio, ya que se trata de monedas descentralizadas, que los gobiernos no saben como regular por la dificultad que supone controlar su uso y por permitir transacciones internacionales sin ningún control. Sin embargo, Auroracoin pretende ser una moneda alternativa a la corona islandesa. ¿Cómo se consigue eso? Repartiendo grandes cantidades de dinero virtual entre los ciudadanos de ese país.

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Desde el pasado 25 de marzo, cualquier ciudadano islandés puede reclamar una cantidad de Auroracoins (AUR). Concretamente, 31,8 AUR, que se pueden obtener online con el carnet de identidad islandés. Su creador o creadores se dan a conocer bajo el nombre de Baldur Friggjar Óðinsson, una referencia a la mitología nórdica. Baldur es uno de los hijos de Odín, concretamente el dios que representa la pureza, algo menos conocido que su hermano Thor.

Así, bajo ese nombre mitológico, se creó una moneda pre-minada al 50%. Es decir, que la mitad de unidades de AUR ya están generadas por los autores, para ser distribuidas entre la población. El resto se generan por el mismo sistema empleado por Bitcoin, ya que está basado en esta moneda. El objetivo es ofrecer una alternativa a la moneda oficial que no pueda ser controlada o manipulada por su gobierno, que ya se ha apresurado a manifestar lo poco que le gusta una pseudomoneda nacional que escapa a su control.

En el momento de su lanzamiento, 1 AUR equivalía a unos 12 dólares, por lo que la cantidad entregada a cada ciudadano que lo solicitara era de casi 400 $. Sin embargo, la moneda se ha devaluado rápidamente y ahora vale unos 2 dólares, lo que quiere decir que las auroracoins valen ahora unos 60$ o 45€. No está mal para tratarse de un regalo que han canjeado ya miles de ciudadanos.

No sabemos si los creadores de esta criptomoneda tan especial tendrán éxito y se podrán hacer pagos con ella de manera habitual. Lo que es seguro es que la idea ha calado en otros lugares. Así, cualquier residente en Escocia puede obtener sus 1.000 Scotcoins. En España no íbamos a ser menos y también tenemos Spaincoin.

Spaincoin es “el dinero del pueblo para el pueblo”, según su propio lema. Esta moneda se repartirá de forma que los primeros 50.000 usuarios recibirán 100 spaincoins, mientras que a medida que se vayan distribuyendo la cantidad recibida se reducirá hasta obtener sólo un triste spaincoin. El reparto comenzará el día 16 de abril y, para obtener tus spaincoins, necesitarás un lector de DNI electrónico y disponer, además de este, de la clave necesaria para operar con él.

PARA OBTENER TUS SPAINCOINS NECESITARÁS TU DNI-E, UN LECTOR Y EL SOFTWARE DE SPAINCOIN 

¿Y cuánto vale un Spaincoin? Pues depende del día. Al igual que sucede con Auroracoin y, en menor medida con Bitcoin, su precio es tremendamente volátil. El precio ha caído desde varios dólares por spaincoin hasta unos centavos de dólar por unidad monetaria. Así, los 100 SPA que puedes obtener dentro de unos días valen la friolera de 3,60 dólares (unos 2,60 euros). Pero nada impide que su valor vuelva a rebotar y el “regalo” vuelva a tener un valor de unos 200 €. Por si acaso, mejor localizar en algún cajón ese lector de DNI-e que nunca hemos utilizado y, probablemente, acudir a las máquinas existentes en las oficinas de expedición para obtener una nueva clave que sustituya a la que nos entregaron junto al DNI electrónico y ahora no recordamos.

Otras monedas virtuales que no son criptomonedas

No son criptomonedas, ya que se trata de divisas centralizadas que dependen de un emisor y, por tanto, no necesitan apoyarse en un sistema criptográfico. Tampoco se trata de monedas con grandes aspiraciones, pero no podemos dejar de mencionar algunas monedas que se crearon con un propósito muy definido y han terminado utilizándose como elemento de intercambio en determinadas comunidades. Estas son las más importantes:

  • Linden dólar (L$): creado para comerciar en el universo en 3D Second Life, ha aguantado el paso del tiempo tan bien como la propia plataforma. Sorprendentemente, sigue contando con una base de usuarios e incluso se plantean darle una nueva vida a la plataforma mediante las gafas de realidad virtual Oculus Rift.
    El Linden se utiliza como moneda para comprar y vender bienes virtuales dentro del mundo Second Life, en el que puedes comprar objetos para construir tu vivenda (o un parque temático sobre tu gran afición), ropa y accesorios para personalizar tu avatar, vehículos, etc. El cambio suele ser de unos cientos de L$ por un dólar de los de toda la vida. Otras plataformas similares a Second Life, como Avination, tienen también sus propias monedas. Todas ellas son como el rublo de Transnistria o el won norcoreano: si no los gastas allí no sirven para nada.
    Por un puñado de dólares Linden puedes conseguir la tableta de chocolate perfecta o pintarte como una puerta. No te emociones: cuando salgas de Second Life, el carruaje volverá a ser una calabaza.
  • Oro del que cayó del tesoro: El oro, entre otros metales preciosos y objetos de valor, es parte importante de la mayoría de juegos online. En particular de los MMORPG, entre los que el más famoso es World of Warcraft. Estos bienes se pueden obtener jugando o comprarlo en alguna plataforma de compraventa.
    Aunque los creadores de muchos de estos juegos no admiten este tipo de prácticas, son difíciles de controlar. En algunos países hay granjas de minería en la que decenas de trabajadores repiten misiones y combates hasta la saciedad para obtener oro suficiente con que alimentar los negocios de venta de oro virtual a cambio de dinero de verdad. Los precios son muy variables, pero 1.000 monedas de oro cuestan menos de 1$. Lástima que ese oro sólo sea válido en World of Warcraft.
  • Ven, la moneda de monedas. Y, aunque se trata de una idea muy interesante, no se trata de una expresión elogiosa, al estilo de “rey de reyes” o “el cantar de los cantares”. El Ven es una moneda virtual cuyo valor depende del valor real del dólar y otras monedas, así como del precio de determinados bienes. El precio de cada moneda es una especie de índice. Ven se creó en la red social Hub Culture y ya ha dado lugar incluso a productos financieros. Dado que esta red social sólo funciona por invitación, sospechamos que algo tan elitista no puede ser malo. Ven, ven a mi.
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En resumen

Como has podido ver, hay monedas virtuales de todos los colores, olores y sabores. Aunque la base de la inmensa mayoría es Bitcoin, y muy pocas de estas monedas tienen por ahora un valor suficiente como para prever un gran futuro para ellas, hay aplicaciones interesantes como las monedas alternativas nacionales al estilo de Auroracoin y Spaincoin o Ripple, una moneda que no aspira a ir más allá de ser una moneda intermedia que facilite las transacciones pero en la que las se recompensa a los nodos que participan en la red dedicando parte de la capacidad de sus equipos a colaborar en proyectos de investigación.

Además, no todas estas monedas se han creado con tanto secretismo como Bitcoin: en algunos casos, los creadores son personas bien conocidas, como en el caso de Litecoin o de Ripple. Por último, hemos visto que todavía existen otras monedas virtuales que tienen usos más específicos y que no se engloban dentro de la familia de las criptomonedas porque se trata de sistemas centralizados que dependen del emisor.

En el próximo artículo de la serie analizaremos el futuro de Bitcoin y de estas criptomonedas. ¿Han llegado para quedarse? ¿Qué están haciendo los gobiernos con esta patata caliente? ¿Son las criptomonedas herramientas para el blanqueo de dinero y otras actividades delictivas? Son algunas de las preguntas a las que buscamos respuesta en Tek’n’Life.

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