La maldición de los pelos

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¡Compartir es cuidar!

El hombre entró en la habitación. Enseguida vi que se trataba de un buen caballero inglés por su impecable traje, exquisitos modales y pulcro aspecto. Un hombre serio poco dado a dar muestras de debilidad. Con apenas un vistazo mi amigo Holmes dedujo, además, que se trataba del director de un banco, que había viajado hacía poco al trópico, que la doncella estaba metida en un lío por un chico y que era extremadamente cariñoso con su perro y sus dos gatos, a juzgar por la cantidad, variedad y distribución en su traje de pelos animales y los finos arañazos de su muñeca.

Si esto hubiese sido un auténtico caso del gran Sherlock Holmes puede que lo hubieran titulado “La maldición de los pelos”. Cualquiera que tenga animales peludos en casa (los humanos no cuentan) sabe lo que significa bregar continuamente con sus pelos, sentir la frustración de no poder librarse nunca de ellos y temer al buen tiempo (época de muda) más que un alérgico. Por mucho que se los quiera, el tema de los pelos puede poner a prueba la paciencia de más de uno. Y como la necesidad aguza el ingenio, queremos contarte algunas de las cosas que puedes hacer para que ese “tercero en discordia” que son los pelos no moleste más de lo necesario.

Estos consejos son fruto de la experiencia. En casa tenemos una perra y dos gatos, y hemos probado todo tipo de técnicas y trucos con cepillos, látex, microfibra y telas para no vernos invadidos por los restos de su pelambrera. La desesperación llevó incluso a mi madre a tratar de pasarle el aspirador a la perra, y gracias a Dios que no lo intentó con el gato. Esperamos que esta experiencia sea de utilidad para cualquiera que tenga animales en casa que no sean lampiños.

Consejos básicos de supervivencia

1. Lo primero que tienes que hacer es no desesperar y ser perseverante. Piensa que la paciencia es la madre de todas las virtudes, y que saber mantener el tipo ante un traje lleno de pelos justo antes de una entrevista de trabajo, te hará estar más cerca del cielo, pero sin tener que morirte para ello. La perseverancia, por su parte, te permitirá mantener unos niveles mínimamente aceptables de invasión peluda. Es esencial mantener cierta regularidad en las prácticas que te vamos a proponer. Sólo así conservarás una cordura mental básica y evitarás que te tengan que operar para extraerte una bola gigante de pelo del estómago.

EL MONSTRUO PELUDO

Ninguna película de terror te causará tanto miedo como recolectar bolas pelo de este calibre (o mayores) después de pasarle el cepillo a tu perro o gato.

2. Cubre los lugares clave. Un truco infalible para que sofás, camas y, por ende, la ropa que llevas puesta, no se llene de pelos, es acostumbrar a los animales a no subirse a ellos. Aunque, si además de perro tienes gato, puede que te resulte algo más complicado hacerle entender al can que él no puede subirse, mientras el gato hace lo que le da la real gana, donde le da la real gana y, si es delante de los morros del perro, mejor. Sin embargo, si no puedes evitar que tus dos mastines de los Pirineos y tus tres gatos persa se echen la siesta en tu cama, te aconsejamos que uses algo a modo de cobertor. La idea es, en el caso de la cama, emplear alguna sábana o colcha de trama cerrada para tenerla puesta sobre tu cama durante el día y poder, en la noche, dormir en un espacio lo más limpio y libre de pelos posible. Si te gusta dormir rodeado de tus adorables bichos, entonces no hemos dicho nada. En cuanto al sofá, si te gusta ver “El encantador de perros” todos juntos, lo que tienes que tener en cuenta es el tipo de tapicería de tu sofá. Si se trata de un sofá de piel o de polipiel, lo cierto es que con una sacudida o con el aspirador, eliminarás el 99% de los pelos. Pero si es de tela, dependiendo de la trama y del tipo de pelo del animal, puede que necesites, no paciencia, sino lo siguiente, para extraer los pelos clavados. En estos casos, meter la funda en la lavadora no sólo no basta, sino que puede acabar con el filtro de la máquina colapsado. Para que, al menos no se incrusten en el tejido y sea más fácil retirarlos, busca una funda o una tela protectora con la trama lo más prieta posible.

3. Pasa el aspirador todo lo que puedas. Con el aspirador evitas el fenómeno “Hair is in the air”. Por mucho cuidado que pongas, al barrer el pelo se levanta, se esparce y vuela. Si bien existen cepillos de silicona que agrupan el pelo y favorecen que no se difunda por el aire, lo mejor, con diferencia, es el aspirador. Y si es especial para pelos de mascotas, como los que tiene el fabricante Dyson, tu vida cambiará radicalmente. Sin embargo, antes de lanzarte a comprar nada, valora tu bolsillo, tu constancia y tu habilidad con el cepillo. De poco te servirá gastarte una pasta en un Dyson si no lo usas a diario. Para el caso te puede salir más barato usar algunas de las “armas de guerra” que te recomendaremos más adelante.

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4. Cepilla al animal. Sea perro o gato, cepíllales el pelo a diario o, al menos, con la mayor frecuencia que puedas. Con el cepillado ayudas a eliminar todo el pelo muerto. Es más fácil aspirarlo luego de un único lugar que repartido por toda la casa. También puedes aprovechar los paseos por el parque con el perro para cepillarlo allí antes de llegar a casa y también cuando lo bañas.

5. Aliméntalos bien. Cuando los animales están enfermos o tienen una dieta inadecuada pierden más pelo. De todas maneras la inversión en una buena alimentación también ayudará a prevenir algunas enfermedades, con el consiguiente ahorro en visitas al veterinario.

Esto es la guerra y estas son tus armas

CEPILLO DE GOMA – Cuando encuentras pelos por el suelo lo más rápido es echar mano del cepillo. Pero no todos los cepillos barren igual, especialmente los pelos. Con un cepillo normal (de los de toda la vida) puedes recoger pelo, pero te resultará complicado agruparlos para recogerlos y que cada movimiento del cepillo no los esparza más por la casa. Luego te encontrarás con el añadido de limpiar los pelos que se quedan adheridos a las cerdas del cepillo. Los cepillos de goma tienen la ventaja de que consiguen reunir los pelos, y que se queden “pegados”, sin que vuelen demasiado, estos no se quedan adheridos a las cerdas y, si fuese necesario, se limpian fácilmente con agua. Evidentemente es un poco más caro que los normales, pero dependiendo del fabricante los puedes encontrar por 20 € o por 10 €, y si es de un chino puede que incluso menos.

GUANTE DE LÁTEX –  Aunque no te lo creas puede llegar a convertirse en tu mejor amigo. Prueba los que te vengan mejor, ya sean los habituales de cocina o los de quirófano. Te serán extremadamente útiles para quitar los pelos de las tapicerías de sofás, sillones, sillas, etc. Lo único que hay que hacer es humedecer un poco el guante y pasarlo sobre la tela en la misma dirección, arrastrando los pelos hacia un único punto para, luego, recogerlos con facilidad.

CINTA ADHESIVA –  Puedes hacerte con esos packs de rollos adhesivos que venden para quitar pelos de la ropa, pero si lo prefieres, te puede ser igual de eficiente comprar rollos gruesos de cinta adhesiva, mejor si son de muy baja calidad. Casi viene mejor que no sean demasiado adherentes para que no manchen los tejidos o dejen residuos en telas delicadas. Lo importante es que se despegue fácil y que sea ancha. Cortas un pedazo de unos 15-20 cm, te lo enrollas en la mano, y lo pasas suavemente sobre la ropa a la que quieras quitar los pelos. Es bastante eficaz sobre telas prietas. En las de punto no conseguirá eliminarlos todos porque se quedan hincados entre las fibras.

CEPILLO PARA PERROS –  O para gatos. Los hay de muchos tipos. Algunos son como un guante de goma con pequeñas cerdas, para pasárselo al animal como si lo estuvieras acariciando. Hay cepillos de cerdas y también cardas. De púas más finas o más gruesas; más separadas o más juntas. Depende del tipo de pelo que tenga el animal. Si es de pelo largo una carda le puede venir muy bien, pero si lo tiene corto, puede que hasta le moleste o haga daño. El guante suele ser bastante suave, pero el objetivo es desprender el pelo muerto de forma controlada, y si resulta demasiado flojo, no te servirá de mucho. Luego, también hay peines especiales para perros de pelo largo, que sirven específicamente para desenredar antes de cepillar, como el que te mostramos en la foto.

CARDA –  Si el animal que vive contigo tiene el pelo un poco largo, la carda le vendrá muy bien. Te darás cuenta después de un rato de andar cepillando con ella a tu amigo peludo, y tengas que parar para limpiarle verdaderas mantas de pelo entretejido. Todo lo que saques con esto del animal es materia que no estará luego esparcida por el suelo, por tu sofá o volando por la casa.

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FURMINATOR – Esto sí que te cambiará la vida. No es exactamente un cepillo ni una carda. Se trata, más bien, de un decapador. Hay para perros grandes y para perros pequeños, y también los hay específicos para gatos de pelo largo y de pelo corto. Lo que hace es extraer los pelos sueltos de la capa interior de pelo sin dañar la exterior al tiempo que le quita una buena cantidad de volumen a la melena. Según el fabricante, a partir de que empiezas a usarlo la caída de pelos se reduce en un 90%. A poco que se cumpla esto, tu nivel de desesperación se reducirá considerablemente. Desde luego, te cobran por ello. El chisme este cuesta más de 30 euros si es de la marca Furminator, adaptado al largo de pelo de cada animal. Pero se pueden encontrar productos parecidos por unos 12 euros, aunque no sean tan específicos.

ELIMINADOR DE PELOS CARPET –  Es una evolución del guante de látex y su función es la misma, sólo que no necesitas mojarlo. Arrastra los pelos de tejidos, tapicerías y alfombras bastante bien, pero no es muy conveniente usarlo con tejidos delicados. Es bastante eficaz para quitar los pelos de los asientos del coche. Si le das mucho uso tendrás que comprar otro porque las minicerdas de goma se acaban desgastando. Lo bueno es que no te costará más de 7 euros.

ASPIRADOR – Sin lugar a dudas le gana por goleada a los cepillos. Todo lo que entra por el tubo y llega hasta el depósito, se queda dentro. No vuela. No se difunde. No se esparce. Lo único que tendrás que cuidar será el depósito y los filtros, limpiándolos cada vez que lo uses, porque los pelos se acumulan fácilmente y pueden perjudicar el buen funcionamiento del aparato. Ten en cuenta también que estamos hablando de aspirar suelo. A la hora de aspirar tejidos debes tomar otras precauciones, como estirar muy bien la tela para que la boca del aspirador no se pegue a la tela y la absorba, atrancando la máquina. Depende de lo que te quieras y puedas gastar hay aspiradores más o menos potentes, con filtro de agua o sin él.

Pero lo que puede suponer un antes y un después en tu vida es un Dyson. Caros. Son caros. Por eso es mejor que evalúes el uso que vas a darle y si te merece la pena. El fabricante Dyson vende un aspirador especial “para animales”. Básicamente cuenta con un accesorio especial para aspirar telas y tapicerías. No sólo tiene una potencia de aspirado que te dejará con la boca abierta, es que soluciona el problema del aspirado de telas y saca, ¡saca de verdad! los pelos más metidos dentro de las tapicerías sin hacer vacío.

Dyson también tiene un accesorio que sirve para cepillar y aspirar al mismo tiempo a tu mascota. Por experiencia sé que el aspirador no es el electrodoméstico favorito de perros y gatos. Al menos los míos salen disparados a esconderse cada vez que me ven cogerlo, y no salen hasta que lo guardo. El ruido que hacen les desagrada mucho, y les asusta, por lo que lograr que estén tranquilos mientras se los “aspira” me parece que requiere de otras habilidades extra. Pero si se lo acostumbra al ruido, posiblemente sea el “cojoinvento” del siglo, como puedes ver en este vídeo y en este otro.

COBERTORES – Como decíamos al inicio, una vez controlado el problema de los pelos por el suelo, conviene cubrir bien los puntos más conflictivos. Básicamente los lugares donde te sientas y donde duermes. Para el sofá y los sillones hay muchas opciones disponibles, desde fundas ajustables elásticas a otras de tela que se sujetan mediante cintas. ¿Qué elegir? Depende de las características de tu sofá y de lo que quieras gastarte.

No todas las fundas se adaptan por igual y, lo que es más importante, si compras una funda para proteger la tapicería del sofá, conviene que sea fácil de limpiar y que disimule, en la medida de lo posible, los efectos de los pelos. ¿Crees que el estampado no es importante? Pues te equivocas. Si tu perro o gato es de pelo claro y usas un cobertor de color oscuro, a la mínima ya tendrá aspecto de sucio, porque cualquier pelo se verá mucho más. E igual si el contraste es al revés, pelo negro sobre fondo claro. Piensa en eso antes de comprar algo. En cuanto a que sea fácil de limpiar, depende del entramado de la tela y de lo lisa que sea. Las fundas elásticas suelen tener rugosidades y, a la hora de limpiarlos, ya sea con el guante de látex, con Carpet o con el aspirador, hay que estar estirando y el proceso se hace más largo y pesado. Cuanto más lisa y prieta sea la tela, mejor. Igual para la cama.  Si prefieres no cerrar las puertas de los dormitorios, te conviene cubrir las camas con una tela (una sábana sirve perfectamente) que luego retires fácilmente por la noche antes de ir a dormir.

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POR MUCHOS PELOS QUE SUELTE, TENER ANIMALES EN CASA MERECE SIEMPRE LA PENA

Otra cosa que te convendrá tener en cuenta es si entra en tu lavadora, porque con seguridad tendrás que lavarlo más de una vez. Un consejo. Antes de meter en la lavadora cualquier funda, trapo o cama de animal, aspíralo bien y asegúrate de eliminar previamente la mayor cantidad de pelos posible. No confíes a la máquina de lavar la tarea de “pelar” la tela, porque lo único que conseguirás será una lavadora estropeada con el filtro saturado de pelos. Para cubrir los asientos de los coches ya venden fundas especialmente confeccionadas para que se acoplen a la forma de los mismos y tapen bien todos los puntos críticos. Además, son fáciles de quitar después y de limpiar.

Y si huele a zorruno…

Una vez que convives con ellos quererlos es muy fácil, pero además del tema de los pelos, el de los olores es otro punto de posibles roces en la convivencia. Por lo general los gatos se encargan de su propio aseo de forma bastante eficiente, y no suelen oler mal. Aún así, si se quiere uno asegurar de que estén limpitos y espercojaos, de higos a brevas se les puede dar un baño de espuma seca, salvo que tengas una rara avis a la que le guste el agua o un gato Van Turco.

A los perros, sin embargo, les gusta revolcarse sobre cosas olorosas y, aunque no son tan endiabladamente reticentes al baño de agua y jabón como los gatos, no sientes especial gusto por oler a coco o a flores. Lo más probable es que, nada más bañarlos, busquen la menor oportunidad para restregarse contra una caca seca (o no) o un pájaro muerto. El olor se quedará pegado en el sofá, el sillón, su cama o la tuya. Vamos, por cualquier sitio por donde ande, y dejará ese “olor a perro” que detectarás nada más entrar a tu casa. ¿Qué puedes hacer? Como en el caso de los pelos, armarte de paciencia. Bañar al perro cada vez que se guarree más de lo tolerable (con agua y champú para perros o, incluso en ocasiones, con espuma seca para animales) lavar las fundas de los sitios donde suela dormir y usar, si es necesario, sprays desodorantes de tejidos. Recuerda que hay que aspirarlos antes de meterlos en la lavadora.

Terminamos. Seguramente, muchos de vosotros tenéis otros trucos y cosas que os funcionan a la hora de sobrevivir a los pelos. Como decíamos al inicio, la necesidad aguza el ingenio. Lo fundamental es que todo lo bueno que aporta convivir con animales, que es mucho, no se vea empañado por que cosas como estas nos hagan perder la paciencia y sentirnos desbordados. Si los quieres como a uno más de la familia, no hace falta que nadie te diga que incluso padecer la “maldición de los pelos” en casa merece la pena. Merece mucho la pena. Sólo esperamos que alguna de las cosas que os hemos contado aquí, sean de utilidad.

ACTUALIZACIÓN (julio 2016): Recientemente hemos descubierto, a través de unos amigos, algo casi “milagroso” para eliminar los pelos de las mascotas de la ropa. Se trata de la secadora. Estos amigos, que tienen perro y gatos, nos comentaron que la ropa que meten en la secadora sale SIN pelos. No es que salga con menos, es que de alguna forma consigue extraerlos de los tejidos.

Después de tomar medidas en casa comprobamos que no había forma de comprarnos una secadora porque, sencillamente, no teníamos dónde ponerla, ni siquiera cabía encima de la lavadora. Así que lo que estamos haciendo es lavar toda nuestra ropa en un día de la semana y llevarla a una lavandería de autoservicio que hay cerca de casa. Tienen secadoras que aguantan hasta 25 kilos de ropa, así que cada vez que hace falta metemos sábanas, colchas, fundas de sofá, ropa y los calcetines negros en los que siempre se quedan clavados los pelos blancos y, lo cierto es que no te lo crees hasta que no lo ves. La ropa sale sin pelos.

Si tienes secadora en casa seguramente ya lo habrás comprobado. Si no tienes y te planteas comprarla por esto, prueba antes si quieres en uno de estos autoservicios, porque te vas a quedar gratamente asombrado.

¡Compartir es cuidar!

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