Un estudio demuestra específicamente cómo añadir un suplemento de zumo de remolacha a las actividades de entrenamiento de los mayores hipertensos, modifica la conectividad cerebral y la acerca a la de los adultos jóvenes.
Come, muévete, vive
Algunas estrategias para reducir el consumo de bebidas azucaradas pueden aumentarlo
Según Leslie John, de la Escuela de Negocios de Harvard y primer autor de esta investigación que ha contado también con la participación de Christina Roberto, de la Universidad de Pensilvania, se analizaron las variaciones de consumo en la venta de bebidas azucaradas en envases más pequeños y en los vasos de refill.
El envase neutro ayuda a que los jóvenes se alejen del tabaco
A pesar de que cuesta entender cómo se permite la existencia legal de algo tan sabidamente nocivo y costoso para la salud como el tabaco, no deja de ser una buena noticia conocer que las iniciativas para evitar que los más jóvenes empiecen a consumir funcionan.
Cafeína contra la demencia
Los científicos han identificado 24 compuestos, entre ellos la cafeína, que aumentan en el cerebro la producción de la enzima NMNAT2, que ayuda a prevenir la formación de «nudos» asociados a trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer.
El consumo de prebióticos mejora el sueño y amortigua los efectos del estrés
Cuando las bacterias buenas ingieren y digieren esta fibra prebiótica, no sólo se multiplican (lo cual mejora sustancialmente la salud de nuestro intestino), sino que también liberan subproductos metabólicos que, según algunas investigaciones, pueden influir en la función cerebral.
Un estudio confirma que los dueños de gatos no están mal de la cabeza
En ese estudio, mediante el que se han examinado a cerca de 5.000 personas nacidas entre 1991 y 1992, con seguimiento médico hasta los 18 años, se trató de establecer si el hecho de que las madres tuvieran gatos durante el embarazo o el desarrollo de los niños, influía en la aparición de síntomas psicóticos […]
Ayunar 5 días al mes puede mejorar la salud
Cuando hablamos de ayuno no quiere decir necesariamente no ingerir absolutamente nada, sino hacer una ingesta controlada y alternada como, por ejemplo, comer con normalidad durante cinco días a la semana y durante los otros dos tomar sólo entre 500 y 600 calorías.