Todos hemos sido tentados alguna vez por una oferta demasiado buena para ser verdad. Eso fue exactamente lo que le ocurrió a un usuario que, confiado, compró un disco duro externo de 1 TB por un precio muy atractivo. Durante tres años, el dispositivo funcionó en apariencia de forma correcta: silencioso, sin errores visibles, y cumpliendo su función básica de almacenamiento.
Pero un día, sin previo aviso, el disco dejó de responder. En lugar de desecharlo de inmediato, el usuario, curioso por naturaleza y con algo de experiencia en electrónica, decidió abrir el dispositivo. Lo que encontró dentro fue digno de una película de detectives… de bajo presupuesto.
Una carcasa vacía llena de trampas baratas
Dentro del elegante envoltorio del disco duro no había ni rastro de los componentes que uno esperaría encontrar: ni platos magnéticos, ni cabezales de lectura, ni ningún motor. En su lugar, una simple memoria Flash genérica, fijada con un pegote de cola caliente, estaba conectada a duras penas al puerto USB. Para completar el engaño, se había añadido un pequeño peso metálico con el único fin de imitar el peso real de un disco duro convencional.
Este no era un simple error de fabricación ni un producto defectuoso. Era una estafa meticulosamente preparada, diseñada para engañar tanto al usuario como a los sistemas de control de las plataformas de venta.
Una táctica que se repite más de lo que imaginas
Lo más alarmante es que esta práctica no es un caso aislado. Varios usuarios en foros como Reddit han compartido experiencias similares. En muchos casos, los estafadores compran un producto auténtico, sustituyen su interior por componentes falsos y lo devuelven al vendedor para obtener el reembolso. Como muchas plataformas no verifican minuciosamente el contenido de los artículos devueltos, estos terminan nuevamente a la venta… esperando a su próxima víctima.
El gran problema es que este tipo de fraude no se detecta a simple vista. Solo mediante programas especializados como CrystalDiskInfo o Blackmagic Disk Speed Test se puede evaluar el verdadero rendimiento de un disco. Estas herramientas permiten verificar la capacidad real de almacenamiento, así como las velocidades de lectura y escritura — que en los dispositivos falsos suelen ser lamentablemente bajas.
Cómo evitar caer en la trampa
Este caso sirve como recordatorio urgente: siempre es recomendable probar a fondo cualquier dispositivo nuevo, especialmente si se ha adquirido por internet y a un precio sospechosamente bajo. Un test rápido puede ser la diferencia entre mantener tus datos seguros o perderlos para siempre.
Además, a la hora de comprar tecnología, conviene apostar por vendedores de confianza y marcas reconocidas, incluso si eso significa pagar un poco más. Como dice el dicho, “lo barato sale caro”, y en el mundo de la tecnología, esto se cumple más veces de las que quisiéramos.
Un consejo final para usuarios precavidos
Si recientemente has comprado un disco duro externo económico, no esperes a que falle para comprobar su autenticidad. Realiza una pequeña revisión con herramientas de diagnóstico y asegúrate de que los gigabytes prometidos son realmente tuyos. A veces, lo que parece un dispositivo de última generación puede ser, literalmente, una carcasa vacía llena de pegamento.
