En los últimos meses, varios oficiales del Ejército de Estados Unidos comentaron en reuniones informales cómo la tecnología militar avanza a pasos agigantados. Un capitán que presenció una demostración en Fort Bliss relató cómo un haz de luz frenó en seco un dron que volaba a más de 200 km/h: “Nunca había visto algo tan rápido y silencioso”, recordó. Más allá de la espectacularidad del suceso, esta capacidad promete cambiar radicalmente la manera en que se defienden las tropas contra amenazas aéreas.
Prototipo de arma HEL de alta energía
La base de esta innovación se llama HEL (High-Energy Laser), desarrollada por la empresa HII en colaboración con la Oficina de Capacidades Rápidas y Tecnologías Críticas del Ejército de EE. UU. Este sistema está diseñado para adquirir, rastrear y destruir drones clasificados dentro de los Grupos 1 a 3 de Sistemas Aéreos No Tripulados (hasta 600 kg de peso y velocidades superiores a 400 km/h). El objetivo es contar con un arma flexible: tanto para instalarla en posiciones fijas como para integrarla en vehículos, lo que refuerza la interoperabilidad con plataformas defensivas ya existentes.
Grant Hagen, presidente del grupo de Sistemas de Combate de HII, enfatiza que el proyecto busca ofrecer una solución accesible, sostenible y escalable, capaz de adaptarse a necesidades cambiantes en el campo de batalla. Un ingeniero que trabaja en el diseño del láser comenta que la meta es lograr que el haz derribe el dron en cuestión de milisegundos, sin emplear munición tradicional y sin generar escombros contaminantes.
Armas de energía dirigida para neutralizar amenazas aéreas
La idea de trabajar con energía dirigida no es nueva en las Fuerzas Armadas de EE. UU. Desde hace años, la Marina instaló en el destructor USS Preble un sistema láser capaz de neutralizar drones y misiles enemigos con un haz de 60 kW de potencia. Ese mismo concepto se trasladó a la Fuerza Aérea con el desarrollo del sistema “H4”, un láser paletizado montado sobre vehículos para misiones de contradrón. Incluso en 2022, el Ejército probó un láser de 50 kW montado sobre un vehículo Stryker, sentando las bases para demostrar que estos sistemas pueden operar en escenarios de combate real.
La ventaja principal de este tipo de armas es su asimetría de costos: mientras derribar un dron con misiles convencionales puede costar millones de dólares, cada disparo del láser se traduce solo en el consumo de energía eléctrica, reduciendo significativamente los gastos operativos a largo plazo. Además, el láser actúa a la velocidad de la luz, lo que hace casi imposible que el objetivo realice maniobras evasivas.
El prototipo HEL se someterá a pruebas en campo
Tras la adjudicación del contrato, HII inició el diseño preliminar y construyó el primer prototipo. El siguiente paso consiste en las pruebas de campo programadas para el último trimestre de 2025 en un polígono de tiro cerca de Yuma, Arizona. Allí, ingenieros y operadores evaluarán factores críticos como la seguridad, la precisión y la capacidad de integración con los sistemas de mando y control del Ejército.
Un teniente coronel a cargo de la evaluación confesó que, durante pruebas iniciales en laboratorio, ya fueron capaces de abatir una enjambre de drones en secuencia casi consecutiva: “Fue como ver una danza luminosa en el cielo; cada vehículo era identificado y neutralizado en apenas 0,2 segundos”. Sin embargo, en condiciones reales, factores como viento, lluvia o polvo pueden desviar el haz, por lo que los ensayos a campo abierto serán determinantes para ajustar algoritmos de rastreo y mecanismos de estabilización.
La Oficina de Capacidades Rápidas enfatiza que, si las evaluaciones resultan exitosas, se podrá avanzar hacia una “producción inicial de bajo ritmo” antes de desplegar gradualmente estos sistemas en unidades de maniobra. Según el plan, el Ejército aspira a contar con las primeras compañías equipadas con el HEL para finales de 2026, consolidando así un nuevo escalón defensivo.
En definitiva, este láser militar representa una revolución silenciosa en el campo de batalla: drones que, hasta hace poco, vigilaban o atacaban sin control, ahora podrían encontrar su rival en un haz de energía que se convierte en fuego y calor en milisegundos. Algunos analistas coinciden en que, con una red adecuada de sensores y comunicaciones, estas armas no solo serán útiles en defensa estática, sino también en misiones de escolta de convoyes o protección de bases avanzadas. Mientras tanto, los técnicos afinan los últimos detalles para que, cuando sea necesario, el nuevo láser brille en la oscuridad y disuelva cualquier amenaza aérea con precisión quirúrgica.
