Cada vez son más los conductores que se animan a dar el salto al coche eléctrico. Pero hay un reto que sigue generando dudas: la autonomía real de las baterías. Hoy, una nueva innovación podría marcar un antes y un después en la movilidad eléctrica. Un equipo internacional de investigadores ha desarrollado un componente que podría permitir a los vehículos eléctricos recorrer casi 1.000 kilómetros con una sola carga. Y lo más sorprendente es que esta revolución nace de un material conocido, pero hasta ahora poco explotado: el nitruro de litio.
Un salto tecnológico clave para el coche eléctrico
Investigadores de las universidades de Western (Canadá) y Maryland (EE. UU.), junto con otras instituciones, han desarrollado un electrolito sólido innovador a base de β-Li₃N, un material que permite mejorar drásticamente la eficiencia de las baterías de litio-metal. Según los estudios publicados en Nature Nanotechnology, esta tecnología permite alcanzar una densidad energética de hasta 500 Wh/kg, lo que se traduce en más de 600 millas (965 kilómetros) de autonomía.
Este nuevo sistema no solo incrementa la distancia que puede recorrer un coche eléctrico, sino que también acelera la carga y mejora la seguridad, dos puntos clave para impulsar su adopción masiva.
Cargas más rápidas, baterías más duraderas
Uno de los grandes desafíos de las baterías de litio-metal con electrolito sólido es encontrar un material que combine estabilidad, seguridad y alto rendimiento. A diferencia de las baterías de iones de litio tradicionales —que utilizan electrolitos líquidos inflamables— este avance se basa en un compuesto sólido capaz de evitar sobrecalentamientos y prevenir la formación de dendritas, esas pequeñas estructuras que pueden dañar la batería desde el interior.
Gracias a este nuevo material, las baterías pueden mantener su rendimiento tras más de 4.000 ciclos de carga y descarga, incluso con niveles de corriente elevados, de hasta 45 mA/cm². En otras palabras: más carga en menos tiempo, sin comprometer la vida útil. Y esto, en el uso cotidiano, significa menos paradas y mayor fiabilidad.
Cómo se fabrica esta batería del futuro
La clave está en un proceso llamado “bombeo de vacantes”, que consiste en crear huecos intencionales dentro de la estructura cristalina del material. Este procedimiento, basado en el bombeo mecánico a alta energía, permite optimizar la conductividad iónica, haciendo que los iones de litio se desplacen con mayor facilidad por el interior de la batería.
Al aplicar esta técnica, los investigadores lograron construir baterías con ánodos de litio-metal y cátodos de alta densidad como LiCoO₂ (LCO) y Ni-rich NCM83, combinaciones que lograron retener más del 92 % de su capacidad tras 3.500 ciclos. Además, estas baterías pueden cargarse rápidamente hasta cinco veces su capacidad en una sola hora, algo impensable con la mayoría de los modelos actuales.
¿Qué significa esto para los conductores?
En la práctica, este avance abre la puerta a vehículos eléctricos con autonomías superiores a los 900 km, capaces de cargarse en una fracción del tiempo habitual. Se acabaron los viajes interrumpidos por largas esperas en los puntos de recarga. Con esta tecnología, repostar electricidad podría convertirse en un proceso tan rápido como llenar el depósito de un coche convencional.
Además, al reducir el riesgo de fallos y mejorar la durabilidad, los fabricantes podrían ofrecer garantías más amplias y reducir el coste total de propiedad del vehículo eléctrico, un factor decisivo para muchos compradores.
Un paso más hacia la movilidad sostenible
Este tipo de innovaciones no solo mejora la experiencia del usuario, sino que también fortalece el papel del coche eléctrico en la lucha contra el cambio climático. Baterías más eficientes, seguras y duraderas suponen menos residuos, menos consumo energético en recargas y una mayor independencia energética.
A medida que esta tecnología se refine y se escale para aplicaciones comerciales, podríamos estar ante una nueva generación de vehículos eléctricos capaces de competir —y superar— a los modelos tradicionales en todos los frentes.
Una cosa está clara: si esta batería cumple lo que promete, el futuro eléctrico no solo será más limpio… también será más rápido, más eficiente y más libre.












