Un análisis reciente en Estados Unidos pone sobre la mesa una diferencia sorprendente: mientras los autos de gasolina permanecen más tiempo en manos de sus dueños, los eléctricos cambian de propietario a un ritmo mucho mayor. ¿Qué está detrás de esta tendencia?
Los eléctricos, campeones del recambio
En un país donde el automóvil es casi una extensión del hogar, un informe de S&P Global acaba de sacudir algunas creencias sobre la durabilidad y fidelidad a ciertos tipos de vehículos. Según el estudio, el tiempo medio de posesión de un automóvil en EE. UU. ha alcanzado un récord de 12,5 años, subiendo hasta los 13,6 años en el caso de autos particulares (excluyendo vehículos comerciales). Sin embargo, este patrón no se aplica a los eléctricos.
Aquí es donde surge la gran diferencia: los vehículos eléctricos son reemplazados aproximadamente cada 3,6 años, es decir, casi cuatro veces más rápido que los de combustión interna. El contraste es aún más notable si se tiene en cuenta que el parque automotor estadounidense supera los 284 millones de unidades, y la edad promedio de los vehículos lleva ya seis años consecutivos en aumento.
Esta tendencia recuerda a la que se vivió tras la crisis financiera de 2008-2009, cuando el envejecimiento del parque fue impulsado por la caída en la demanda de vehículos nuevos. Algo similar ocurrió en 2022, cuando los problemas en la cadena de suministro, la inflación contenida y la bajada de los tipos de interés provocaron que las ventas de autos nuevos descendieran un 8 % en comparación con 2021.
¿Por qué se quedan más tiempo con los autos de gasolina?
La decisión de mantener un auto térmico más tiempo no es fruto del azar. Muchos propietarios valoran su fiabilidad, especialmente para viajes largos, donde la autonomía y la facilidad de repostaje aún juegan a favor del motor tradicional. Incluso quienes ya tienen un eléctrico en casa suelen conservar un modelo de gasolina como respaldo para trayectos más exigentes.
Además, con el aumento de los precios de los autos nuevos —ya sean de gasolina o eléctricos—, muchas familias optan por estirar la vida útil de sus vehículos actuales. Pero los compradores de eléctricos, en su mayoría con mayor poder adquisitivo, tienen menos reticencias a cambiar de modelo con frecuencia.
Clientes más exigentes y un mercado en constante evolución
Uno de los motivos que explica el recambio acelerado de los autos eléctricos es que su compra suele estar dominada por consumidores con alto nivel económico, acostumbrados a seguir el ritmo de las últimas innovaciones tecnológicas. En este segmento, cambiar de coche cada tres o cuatro años es casi la norma.
Y es que el mercado eléctrico evoluciona a pasos agigantados. Cada año llegan nuevos modelos más eficientes, con mayor autonomía y mejores prestaciones. Marcas como Tesla o la china BYD lanzan actualizaciones y novedades con tal rapidez que muchos usuarios sienten la necesidad (o el deseo) de renovarse con la misma frecuencia que cambian de teléfono móvil.
Además, una vez que alguien se pasa a la movilidad eléctrica, es raro que vuelva atrás. La mayoría de los conductores que prueban un eléctrico quedan satisfechos y se mantienen fieles a esta opción.
Un cambio que apenas comienza
Aunque los datos muestran una clara diferencia entre eléctricos y térmicos en cuanto a tiempo de uso, el mercado todavía está en transformación. Las infraestructuras de recarga, los incentivos gubernamentales y el avance tecnológico marcarán en los próximos años si esta brecha se mantiene o si los eléctricos también empiezan a quedarse en nuestras cocheras por más tiempo.
Mientras tanto, los autos eléctricos seguirán renovándose a toda velocidad, no solo en los catálogos de los fabricantes, sino también en los garajes de los consumidores.












