La pregunta que mucha gente se hace es si puede lograr ser más inteligente. Si queremos aumentar nuestra fuerza podemos pasarnos una temporada en el gimnasio o levantando en vilo los muebles de la casa pero, ¿cómo incrementamos nuestra capacidad cerebral? Existe la idea de que la mente es como un músculo, que se vuelve más potente con el ejercicio adecuado. Ahora bien, ¿cuáles son esos ejercicios? y, lo que es más importante, ¿sirven para algo?
Hay toda una industria alrededor de la idea de que es posible entrenar la inteligencia a través de la práctica de determinados ejercicios, justamente esos brain games destinados a mejorar la capacidad de aprendizaje, la memoria y la atención, entre otras cosas. Suele haber una trampa implícita en las publicidades de estos juegos, ya que suelen anunciar resultados si trabajas con suficiente empeño y constancia. Así resulta mucho más fácil decir que si no te va como esperabas es porque no le has dedicado suficiente tiempo o no te has esforzado lo bastante.
Como debe ser, un grupo de científicos del departamento de Psicología de la Universidad George Mason de Virginia se ha puesto manos a la obra para demostrar hasta qué punto estos ejercicios mentales pueden suponer verdaderamente un impulso para mejorar nuestras capacidades cognitivas y la inteligencia en general o, por el contrario, no es más que el resultado de un efecto placebo fruto de la autosugestión.
Según explica Samuel S. Monfort, uno de los investigadores del proyecto, hicieron un estudio sobre los efectos del entrenamiento cognitivo reclutando voluntarios para una serie de experimentos por medio de dos anuncios distintos, uno pidiendo gente para avalar la eficacia de los juegos de entrenamiento mental «tal y como demuestran otros estudios», y otro anuncio diciendo, sencillamente, que se busca gente para «un estudio» y que quien se apunte recibirá 5 créditos. Evidentemente, los sujetos del primer anuncio estaban pre-condicionados por la literatura del mismo.
Después de varias horas con los juegos de entrenamiento se vio que las personas que vinieron por el primer anuncio, el de «probemos lo inteligente que te puedes volver con esto», obtuvieron mejores resultados en los test de inteligencia posteriores (en relación al que les habían hecho antes de comenzar las pruebas) que los que venía buscando sólo engrosar su cuenta de créditos.
Así que según la conclusión de los investigadores, y dado que todos pasaron por las mismas pruebas de la misma manera, parece que es el anuncio el principal responsable del aumento de la inteligencia de los sujetos, y no las prácticas mentales.
Fuente e imagen del anuncio: Make me smarter please, de Samuel S. Monfort @sammonfort