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Reconocimiento facial: ya se pueden identificar caras disfrazadas

Las técnicas de reconocimiento facial logran identificaciones positivas de personas con la cara disfrazada mediante el uso de puntos clave faciales.

Barbas postizas, pañuelos y gafas oscuras: los bandidos y criminales tendrán que ir buscando otra forma de ocultar la autoría de sus fechorías. Las técnicas de reconocimiento facial ya están consiguiendo identificaciones positivas de personas con la cara disfrazada mediante el uso de puntos clave faciales.

El trabajo se ha realizado en conjunto por Amarjot Singh, del departamento de Ingeniería de la Universidad de Cambridge; Devendra Patil y G. Meghana Reddy, del Instituto Nacional de Tecnología de la India; y S.N. Omkar, del Instituto Indio de Ciencias.

14 puntos clave

Los investigadores han desarrollado un sistema que permite identificar a personas con disfraces, mediante el empleo de 14 puntos faciales clave. Esos puntos, aplicados a la cara desnuda de las personas, les permitió encontrar las correspondencias cuando la misma persona usaba un disfraz como sombrero, gafas oscuras, barba postiza o un pañuelo o bufanda que le ocultara parte del rostro.

Cuando la cara se disfraza algunos de esos 14 puntos quedan ocultos, pero el algoritmo desarrollado consigue realizar una identificación positiva sólo detectando algunos de esos puntos. Según explican los investigadores, la mayoría de los puntos clave se encuentran alrededor de ojos y boca, y con sólo una fracción de puntos el sistema «adivina» dónde están los demás.

El sistema emplea lo que se denomina una red convolucional profunda. Se trata de un software organizado que trabaja con capas interconectadas, de la misma manera que se interconecta la corteza visual para procesar la información visual.

Estas redes son capaces de aprender, de manera que se les entregan lotes de datos visuales, básicamente más de 2.000 imágenes de individuos, hombres y mujeres, de entre 18 y 30 años. Las caras disfrazadas provenían de personas de 8 orígenes diferentes, con 25 temas y 10 tipos de disfraz. Al final el sistema logró leer esos lotes de fotos de gente disfrazada y fue aprendiendo dónde debían estar los puntos clave que permanecía ocultos bajo el disfraz.

El sistema aún no es perfecto, ya que cuantos menos puntos clave logre detectar en un rostro menos posibilidades tiene de hacer una identificación positiva. De momento sólo puede identificar a una persona con gorro, gafas y bufanda el 43% de las veces, siempre que estén de frente y tengan un fondo complicado. La precisión baja si, además de ese fondo complicado las condiciones de iluminación de las imágenes no son muy regulares.

A pesar de estas deficiencias, lo interesante es que los sistemas de inteligencia artificial están avanzando para necesitar cada vez bases de datos más pequeñas y elementos de reconocimiento más reducidos (como te contamos en este artículo) y, una vez que «aprenden a aprender» van afinando mucho más su capacidad de trabajo.

Evidentemente hay un límite: si se usan máscaras rígidas completas es imposible encontrar ni un solo punto clave y, puesto que de nada sirve que las máquinas aprendan si no aprenden los investigadores de sus propios errores, hay algunos que han sido capaces de crear unas gafas estampadas con las que engañar los sistemas de IA para reconocimiento facial. Algo a tener en cuenta si quieren que los sistemas sean a prueba de criminales.

Fuente: TechXplore

Foto: arXiv:1708.09317

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Fátima Gordillo

Aterricé en el periodismo "sin querer". Escribir es lo que hago y parte de lo que soy. He escrito notas de prensa, nombres para urbanizaciones, discursos, anuncios para radio, eslóganes y escaletas. He adaptado para teatro y, por supuesto, he escrito artículos, reportajes y entrevistas. He hecho de speaker, RP, SM y algunas siglas más. He sido actriz y conferenciante, aunque rara vez seré la persona más conversadora de una reunión. Comencé en la sección de un periódico digital y continué como redactora de estilo y tecnología en la revista Computer Hoy. Compartí proyecto, ganas y horas de trabajo en The Unnamed Project y, y ahora me dedico a Tek'n'Life y, de vez en cuando, a enseñar a la gente cómo comunicar mejor y a hablar en público sin que el miedo escénico sea una traba. Es el lado humano de la tecnología, la ciencia, el arte o lo que sea lo que me interesa, y eso es lo que quiero contar.