La plataforma de pagos Zelle ha anunciado que comenzará a utilizar stablecoins para facilitar los transferencias de dinero internacionales, un movimiento que promete transformar el panorama de los pagos transfronterizos.
Zelle se expande al ámbito internacional con la integración de stablecoins
Zelle, un procesador de pagos muy utilizado por millones de estadounidenses para realizar transferencias P2P, ha tomado la decisión de incorporar stablecoins en sus operaciones internacionales. Esta medida, anunciada por su matriz, Early Warning Services, pone de relieve cómo los tokens digitales respaldados por monedas fiduciarias están redefiniendo rápidamente el sector financiero global.
Desde su creación, Zelle ha destacado en el ámbito de las aplicaciones bancarias nacionales, permitiendo a los usuarios enviar y recibir dinero en segundos. Actualmente, Early Warning Services ha declarado que pretende extender esta rapidez y fiabilidad a los envíos internacionales mediante el uso de stablecoins.
El objetivo de esta iniciativa es que los pagos internacionales tengan la misma transparencia que los pagos nacionales a través de Zelle, haciéndolos no solo más rápidos, sino también más económicos y seguros que los métodos tradicionales.
“Zelle ha revolucionado la forma en que los estadounidenses envían dinero a casa”, afirmó Cameron Fowler, CEO de Early Warning. “Ahora, comenzamos a trabajar para llevar ese mismo nivel de velocidad y fiabilidad a los consumidores que envían dinero desde y hacia Estados Unidos”.
El CEO también mencionó que la empresa está invirtiendo en áreas donde “las necesidades de los consumidores, la capacidad de los bancos y las oportunidades globales se cruzan”. Early Warning Services, que es propiedad conjunta de Bank of America, JPMorgan Chase, Wells Fargo, Capital One, PNC, Truist y US Bank, ha indicado que esta iniciativa estará disponible para todas las instituciones financieras que forman parte de la red Zelle.
El impulso de Zelle se basa en la claridad regulatoria en EE. UU.
Esta expansión internacional de Zelle ocurre en un entorno regulatorio más favorable hacia los activos digitales en Estados Unidos. La reciente aprobación del GENIUS Act ha proporcionado un marco claro para la emisión y supervisión de stablecoins a nivel federal.
Fowler sugirió que, con un panorama regulatorio más definido, Zelle puede innovar “más rápidamente” y centrarse en la expansión segura de su red más allá de las fronteras. Bajo la administración anterior, los reguladores adoptaron una postura más abierta respecto a los activos basados en blockchain, lo que no solo ha beneficiado a Zelle, sino también ha incentivado a otras grandes empresas como Amazon, Meta y PayPal a explorar sus propios proyectos de stablecoins.
El momento resulta propicio, ya que según datos de mercado de Myriad, la capitalización total de los stablecoins se sitúa en 312 mil millones de dólares y se estima que superará los 360 mil millones para enero de 2026. Standard Chartered ha afirmado que los stablecoins podrían representar la reubicación de hasta un billón de dólares en depósitos de bancos en mercados emergentes en un período de tres años.
Además, la decisión de Zelle refleja el aumento de la competencia en el sector de pagos globales. Proveedores de tecnología financiera como PayPal, Revolut y MoneyGram ya han configurado ofertas transfronterizas dirigidas a usuarios digitales jóvenes, mientras que servicios de transferencias tradicionales como Western Union enfrentan una presión creciente a medida que las nuevas tecnologías hacen que los envíos internacionales sean más ágiles y económicos.
A pesar de haber ingresado al espacio peer-to-peer más tarde que Venmo o Cash App, Zelle ha logrado posicionarse rápidamente como un actor dominante en pagos nacionales, procesando actualmente aproximadamente el doble de transacciones diarias que Venmo y cinco veces más que Cash App de Block. Esta expansión del volumen de transacciones otorga a Early Warning Services la confianza de que su modelo impulsado por stablecoins será competitivo a nivel global, respaldado por la confianza y la credibilidad del sistema bancario estadounidense.
